A pesar de estar en contacto con muchos de ellos en la consulta y de tener el privilegio de ser madre de un niño alérgico a varios alimentos, ponerse en la piel de ellos no es nada fácil.
Ya sabemos que los niños son como esponjas y que su capacidad de adaptación suele ser asombrosa, no podría ser menos en el caso de la alergia. Así, por norma general, el niño vive esta situación sin dramatismos ni complejos y suele acoplar este hecho en su vida diaria con una admirable naturalidad.
Esto implica una labor familiar importante. La aceptación y colaboración sensata de todas las personas que lo rodean les facilita enormemente su camino.
Es evidente que esto no siempre es así, que existen muchas variables asociadas y que cada niño las vivirá de forma diferente según cada espacio y tiempo en su día a día.
Una de las variables más importantes es la edad en la que aparece la alergia. No es lo mismo un niño que se hace alérgico con un añito que el que desarrolla una alergia a un alimento a los 8 años; la forma personal y familiar de vivir ese "problema" no será la misma....
Un niño pequeño alérgico, con menos de tres o cuatro años, tiene acoplada esta alergia en su vida. Gracias al esfuerzo de los padres, ese niño adquiere unos hábitos dietéticos en los que los alimentos que le dan alergia están fuera de su rutina diaria. Desde siempre habrá escuchado que tiene alergia a "tal cosa" y que no la puede comer nunca. Lo asumirá, en principio, con naturalidad. A medida que vaya creciendo, si esa alergia permanece (existe la posibilidad en niños menores de cuatro años que la alergia desaparezca por sí sola, a partir de esta edad es muy inusual que lo haga) pasará por momentos de más o menos inconformismo y se hará preguntas tipo: ¿por qué soy el único de la clase que no tengo pastel....?, en esos momentos es cuando se les ha de volver a prestar atención de forma especial y explicarles las veces que haga falta la importancia de su alergia.
Cuando la alergia aparece en un niño más mayor, la actitud del niño suele ser diferente. Como las personas nos solemos hacer alérgicos a lo que más estamos en contacto, con la alergia a alimentos pasa lo mismo, y lo más frecuente es que los niños desarrollen alergia a lo que más comen o les gusta: leche, huevo, frutas, frutos secos, pescado blanco...Así, de repente, un niño que comía algo de forma habitual, se hace alérgico y lo tiene que dejar de comer, con lo que le gustaba!!!! Ese niño, como es lógico, al principio vivirá esa prohibición en su vida como algo negativo, recordará las cosas "tan ricas" que ya no puede comer y que sus amigos sí que pueden...pero generalmente con el tiempo suelen asumirlo sin mayor problema...se adaptan muy bien, se vuelven verdaderos "detectives" y son capaces de leer de forma minuciosa todas las etiquetas con sus ingredientes, no comen nada hasta que no están totalmente seguros de que no lleva su "alimento alérgico". Estos niños han vivido una reacción alérgica y su recuerdo es la mejor ayuda contra el olvido y la pereza. Ellos representan todo un ejemplo para los adultos alérgicos, mucho más "quejicas".
A partir de los 12 o 13 años, el niño entra en la adolescencia y esta etapa es especialmente delicada para los alérgicos a los alimentos. Tienen edad para ser responsables de su enfermedad y saber aplicar el tratamiento oportuno de forma correcta, esto les supone una "dosis de agobio" que muchos de ellos se niegan a asumir. Los cambios de actitud, los amigos, las primeras salidas, la "socialización", dificulta a veces mantener las reglas básicas de una alergia a un alimento: no comer y en caso de ingestión accidental con reacción alérgica poner el tratamiento de forma inmediata. Pasan de una labor "primorosa detectivesca" a un "yo estoy por encima de todo y a mí no me va a pasar nunca nada malo", dejan de tener cuidado, no llevan la medicación y lo que es peor: son capaces de "jugarse la vida" por hacer "una gracia" delante de los amigos...
Cada año se produce en nuestro país alguna muerte por shock anafiláctico y suelen ser chicos jóvenes, adolescentes, en reuniones o en fiestas con amigos. Una pena ya que es totalmente evitable. Aquí tenemos una misión muy importante los médicos responsables, la familia también por supuesto pero ya sabemos que ellos suelen pasar por esta etapa distanciándose de los padres, también los padres se distancian a su manera. Ni unos ni otros podemos relajarnos. Es una etapa para estar más pendientes que nunca y recordarles desde la responsabilidad la importancia de la propia vida.
La niñez de un niño alérgico no tiene que ser diferente de la de los demás, son niños sanos mientras no entren en contacto con aquello que les da alergia. Disfrutarán como cualquier otro niño de todas las actividades de su edad y su alergia no puede ni debe suponer una limitación en su desarrollo personal ni social.
Mi experiencia me demuestra cada día que estos niños maduran rápido, asumen su problema con naturalidad y lo que es todavía más llamativo, suelen ser ellos los que ayudan a sus padres a vivir la alergia como algo "normal" en su vida. Son ejemplos de superación para todos.
Para acabar esta entrada dedicada a los niños os dejo con un video (http://immunitasvera.org/wp/2010/12/cosas-que-querria-decirte-un-nino-alergico/) sobre las "cosas que querría decirte un niño con alergia a alimentos". Está realizado por la asociación catalana Inmunitas Vera y siempre que puedo recomiendo a los padres que lo vean, lo escuchen y lo mediten.
Nunca es tarde para aprender y nuestros hijos son nuestro ejemplo
Hola soy la mami de un celiaco y estoy totalmente deacuerdo!!!! Yo nunca me he resignado a que mi hijo sea diferente y además los padres de otros niños siempre cuentan con mi hijo en el cole, siempre tiene un pastel, una galleta, lo que sea y no solo eso mi familia está totalmente involucrada y no solo porque yo me haya encargado de explicarlo sino porque el también lo hace, que es mas asombroso. Es muy cierto que aprenden rápido, mi hijo desde que empezó a leer, fué quien tomo la iniciativa de leer las etiquetas, aprender a diferenciar los productos que contienen gluten. Hay que hacerlos autosuficientes y más aún cuando la iniciativa es suya. Yo he creado un blog que les invito a visitar, no tiene desperdicio, se llama Anita sin gluten. Un saludo.
ResponderEliminarHola Ana, gracias por tu comentario. El mundo del intolerante al gluten y el de la alergia a alimentos van de la mano y los niños afectados también. Visitaré tu blog con mucho gusto. Un saludo!!
ResponderEliminarGracias a ti por este blog y por compartir tu experiencia con nosotros no solo a nivel familiar sino también como profesional. Saludos.
EliminarHola, me llamo Inma, tambien soy la mami de una niña de 3 años que es celiaca. Lleva dos años con la dieta y está estupendamente. Y lo mas importante y gracioso es que ella es la que mira todas las etiquetas( hace como la que lee) y me informa de si puede o no comerlo..jejeje
ResponderEliminarSe hacen muy reponsables aunque sean pequeños.
Bueno un saludo y me ha encantado el articulo. Besitos.
Hola yo soy mami de un niño multialergico, complicado al principio y con el paso de los años hoy tiene 4, he superado el duelo de saber que mi hijo es diferente, y trato de concretizarlo día a día, el aun no sabe leer, pero me pregunta en nuevos alimentos que el sabe que no ha comido, esto puedo comer?, en ocasiones llegan a regalarle dulces en la calle y el los rechaza por que no esta seguro de poder comerlos y simplemente dice , yo no puedo comer eso..
ResponderEliminarles comparto un link donde escribo experiencias y comparto notas que suelo encontrar.
http://aprendamosdealergias.blogspot.mx/2016/06/el-sentimiento.html