Actualmente se habla de la alergia como la epidemia del siglo XXI, tanto es así que en el 2025 se prevee que casi el 50% de la población tenga algún tipo de alergia. Usted o algún familiar cercano seguro que entrarán en esa estadística futura. Mi pasión por mi trabajo me ha llevado a crear este blog, con el que me lanzo a la autopista de las redes sociales con el fin de aportar mi experiencia y conocimientos para que la persona alérgica sea capaz de asumir su enfermedad, comprenderla y convivir con ella de la forma más natural y equilibrada posible. El reto es grande pero la ilusión es mayor.

16 de abril de 2015

ALGUIEN CON QUIEN HABLAR


Pintora: Karen Hollingsworth


El pasado domingo mientras paseaba con mi marido por la ciudad, le comenté que esta semana se celebraba la "Semana Mundial de la Alergia" y que sería una buena oportunidad para escribir en el blog. Él, que es una persona racional y directa, acostumbrado a estadísticas y a manejar datos objetivos, me comentó que estaría bien hacer un recorrido por la situación actual de la especialidad y la evolución de las enfermedades alérgicas. Ya sabéis: número de alergólogos y de alérgicos, porcentaje de enfermos, necesidades actuales, etc. Mi postura sin embargo era totalmente distinta, y no por llevarle la contraria expresamente, aunque reconozco que también podía ser ese el motivo, de pequeñas chispas suelen salir pensamientos que compartidos se enriquecen bastante. El caso es que yo quería mostrar algo más relacionado con la parte humana de nuestra profesión, algo que no tuviese que ver con cifras sino con personas. 

La discusión estaba servida y de ella surge esta entrada.

En la vida se conjugan armoniosamente las dos posturas, razón y sentimiento. En una sociedad donde nos gobiernan las cifras y los tiempos marcan nuestras acciones, creo que es necesario dar la palabra a la persona, al enfermo angustiado, al padre preocupado, a la madre luchadora, al paciente que busca consuelo, al niño que se siente aislado en su enfermedad, a todos aquellos a los que la alergia les ha cambiado la vida de alguna forma. 

Os quiero comentar dos situaciones que esta semana durante mis días de consulta me han hecho reflexionar. 

Una ha sido el abrazo de Manuela, una preciosa niña de 5 años con dermatitis atópica, sin pedírselo ni esperarlo, despidiéndonos, se giró hacia mí y me envolvió las piernas con sus bracitos apoyando la cabeza ladeada sobre mi cuerpo. Su ternura desarmó mi cansancio

La otra vino de parte de una madre angustiada por las múltiples alergias alimentarias de su hijo. Acudió a la consulta simplemente para contarme cómo se sentía, porque necesitaba a alguien con quien hablar sobre sus temores y manifestar la preocupación que le provocaba la enfermedad de su pequeño. No buscaba milagros ni recetas infalibles, sólo buscaba un médico que la escuchase. Nada más que eso. 

En ocasiones, con las agendas llenas de pacientes, no parecemos ser conscientes del privilegio de lo que nos ocurre a diario. No es adecuado ni justo que ignoremos las dificultades de tantos por sentir cerca a quien les aprecie, les valore, o les acompañe. 
Cuando pocas cosas nos conmueven, resulta extraordinario ser decisivo para alguien. Ser elegido, despertar emoción, sentimiento, afecto y poder ofrecerlos merece vivir celebrando cada detalle, cada acto, cada situación.  

Esta "Semana de la Alergia" es una semana para celebrar y para sentirse agradecido. Por el camino recorrido y por lo que queda por avanzar. Hay muchas formas de decir gracias, y mucha necesidad de hacerlo. Con esta entrada he querido darle alcance y dimensión públicos. Y lo hago, entre otras razones, para mostrar el reconocimiento del privilegio que tenemos los médicos de ser elegidos simplemente para compartir los afectos. 

Un abrazo. 
Alguien con quien hablar. 

Vamos a celebrarlo. 

Pintora: Karen Hollingsworth