Actualmente se habla de la alergia como la epidemia del siglo XXI, tanto es así que en el 2025 se prevee que casi el 50% de la población tenga algún tipo de alergia. Usted o algún familiar cercano seguro que entrarán en esa estadística futura. Mi pasión por mi trabajo me ha llevado a crear este blog, con el que me lanzo a la autopista de las redes sociales con el fin de aportar mi experiencia y conocimientos para que la persona alérgica sea capaz de asumir su enfermedad, comprenderla y convivir con ella de la forma más natural y equilibrada posible. El reto es grande pero la ilusión es mayor.

26 de septiembre de 2012

¿Sabré reconocer a tiempo los síntomas de una reacción alérgica grave y ponerle adrenalina?

Esta entrada que os escribo hoy es la tercera que hago sobre la alergia en la escuela y va dedicada a las personas que dentro del colegio están encargadas de nuestros niños en general pero especialmente de los alérgicos. A vosotros, maestros y profesores os quiero transmitir ante todo un mensaje tranquilizador ya que actualmente disponemos de los medios adecuados para que los riesgos en la escolarización de estos niños sean mínimos.

 

La guardería y el colegio son los primeros lugares fuera de la familia que recibirán al niño alérgico, son muchas horas las que pasará allí y muchas situaciones a las que tendrán que enfrentarse. Para cualquier niño el primer día de "cole" es muy importante. Para cualquier padre, dejar al niño en el "cole" supone una inquietud donde se suma la preocupación lógica si además es alérgico.
Y esto se repite cada año con cada cambio de clase y profesor.
 
Todas las escuelas deberían seguir unos puntos claves de actuación para todos los niños con enfermedad alérgica.
Estos puntos son los siguientes:
 
1. Las escuelas deben indagar sobre enfermedades alérgicas al matricular alumnos nuevos, y los padres deben informar a la escuela de cualquier nuevo diagnóstico de alergia en un niño que ya esté escolarizado.
 
2. Se debe de obtener del médico un plan de actuación personal escrito. Como ya os he comentado en entradas anteriores existe un modelo de informe (protocolo de actuación) publicado por la Asociación AEPNAA que cumple todos los requisitos.

3. El niño alérgico debe ser fácilmente identificable por todo el personal escolar. Actualmente ya hay escuelas donde se les pone algún distintivo como una pulsera de un determinado color según la enfermedad crónica que padezca el niño.

4. Se deben aplicar todas las medidas razonables para garantizar que no están en contacto con las cosas que les dan alergia (alimentos, látex, insectos, medicamentos, etc). Especial cuidado en el Comedor Escolar. Existen guías publicadas por asociaciones de pacientes  (Inmunitas Vera, AEPNAA) donde aparecen de forma muy completa los listados de material escolar y su composición.

5. Se debe de dar formación adecuada al personal docente sobre las normas para evitar la alergia, como reconocer los síntomas y como aplicar el tratamiento de urgencia en caso necesario (anafilaxia/shock anafiláctico). Os dejo el enlace de unos videos donde podeis observar cuales son los síntomas de una anafilaxia y como se debe aplicar la adrenalina.

6. La medicación de rescate y de urgencia (botiquín personal del niño) debe estar disponible en todo momento y en un lugar de fácil acceso. Se recomienda que al menos haya dos personas encargadas del mismo en el colegio.

7. Garantizar que las medidas de prevención y protección se mantienen en actividades fuera del recinto escolar (salidas/ excursiones/ etc). El profesor responsable siempre tiene que encargarse del botiquín y ha de ir con el niño afectado.

8. Por último y muy importante: el personal escolar debe tener inmunidad frente a acusaciones judiciales que se puedan derivar de administrar la medicación de urgencia a un niño.  Actualmente se les hace firmar a los padres un documento conforme se exime de responsabilidad al colegio. En la página de atrás del modelo de informe  que os comenté anteriormente este problema queda cubierto con la firma tanto del médico como del familiar responsable del niño.
 
Necesitamos que el profesor sepa:
- Prevenir una reacción alérgica
- Detectar los síntomas de una reacción alérgica
- Poner el tratamiento adecuado en caso de una reacción alérgica

Para eso el papel del médico alergólogo es fundamental. Aunque en  la actualidad disponemos de asociaciones médicas y de pacientes que aportan una valiosa información en el mundo digital, los médicos tenemos un reto importante a la hora de conseguir la total adaptación del niño alérgico en la escuela.

En la siguiente entrada, en la que me toca responderos a la cuarta pregunta formulada en la "La alergia va a la escuela", os explicaré cual es mi opinión personal y profesional como médico especialista de alergia. 

  
 ¿Puedo hacer algo más, además de explicarles el tratamiento, para que el niño y su familia se adapten lo mejor posible a esta nueva situación en su vida?
 
 

21 de septiembre de 2012

¿Podrá ir nuestro hijo de excursión?

¿Comerá algo que no deba por descuido?
¿Será capaz de darse cuenta de que está haciendo una reacción alérgica?
¿Sabrá decírselo al profesor?





 


Hoy me toca ponerme en la piel de los padres de un niño alérgico a alimentos. Este papel no me cuesta trabajo ya que, como os he dicho en alguna ocasión, soy madre de un niño alérgico a múltiples alimentos.

Como es tan alérgico siempre lo suelo poner de ejemplo ante los niños que veo en la consulta, les ayuda saber que hasta la "doctora de alergia tiene un hijo como ellos". También me sirve para entender la preocupación y la angustia lógica de los padres. 
 
 
 
 
 

Os aseguro que no es lo mismo verlo desde la gradería que vivirlo dentro de casa, por eso hoy escribo esta entrada más como madre que como médico.
 
Cuando llega el momento de empezar el colegio los padres debemos de marcarnos unos objetivos e intentar cumplirlos en su totalidad:
 
  • Antes del primer día de colegio tenemos que tener un informe médico actualizado donde quede constancia de la alergia del niño, los síntomas que puede desarrollar y como actuar en caso de una reacción alérgica. Existe un modelo de informe (protocolo de actuación ante una reacción alérgica en la escuela, realizado por la asociación AEPNAA) que cumple todos los requisitos anteriores. Este informe ha de ir firmado tanto por el médico como por los padres y cada año se ha de renovar.
  • Una vez que tenemos el informe, se ha de entregar en el colegio junto con el botiquín personal del niño. En este botiquín debe ir toda la medicación pautada por el médico para utilizar en caso de que el niño haga una reacción alérgica. Lo mejor es concertar una entrevista con el tutor unos días antes de que empiecen las clases. En la ficha escolar del niño ha de quedar constancia de donde se encuentra el botiquín, siempre en el mismo sitio y todo el personal docente debe poder acceder sin dificultad y con rapidez.
  •  Si el niño se queda a comer en el colegio  debemos hablar con los monitores del comedor escolar y asegurarnos de que conocen y aplican las normas establecidas al respecto.
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  • A los padres nos toca siempre hacer una labor de detectives continua durante el curso. En los cumpleaños hay que recordarles si pueden o no comer, prepararles algo alternativo en caso de que no puedan (pastel casero, piruleta...). En las salidas o excursiones debemos confirmar que el profesor responsable lleva el botiquín y esta persona tiene que ir siempre en el mismo autobús que el niño. No olvidemos que las reacciones alérgicas pueden ocurrir en cualquier momento!!
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  • No olvidarnos de las fechas de caducidad de los medicamentos del botiquín. Importante!
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  • La comunicación directa y periódica con el maestro del niño es una forma segura de evitar "olvidos" o "equivocaciones" que todos como humanos podemos cometer.
 
Durante el curso, a medida que vayan pasando los días, nos iremos dando cuenta de si todo funciona o no correctamente. Cualquier detalle que no tengamos claro siempre se ha de hablar con el tutor, lo importante es que el niño pueda tener una escolarización normal.
 
El niño alérgico puede y debe hacer las mismas cosas que sus compañeros mientras no esté en contacto con lo que le da alergia.
 





Como cualquier niño estudiará, jugará en la hora del patio, celebrará los "cumples" de los amigos y saldrá de excursión con la ilusión inmensa que se tiene en esta etapa tan mágica de la vida.
 
 

 
     
 
 

 
 

 

16 de septiembre de 2012

¿Por qué soy el único de la clase que no tengo pastel cuando mis compañeros cumplen años?

A pesar de estar en contacto con muchos de ellos en la consulta y de tener el privilegio de ser madre de un niño alérgico a varios alimentos, ponerse en la piel de ellos no es nada fácil.
 


Ya sabemos que los niños son como esponjas y que su capacidad de adaptación suele ser asombrosa, no podría ser menos en el caso de la alergia. Así, por norma general, el niño vive esta situación sin dramatismos ni complejos y suele acoplar este hecho en su vida diaria con una admirable naturalidad.
Esto implica una labor familiar importante. La aceptación y colaboración sensata de todas las personas que lo rodean les facilita enormemente su camino.
Es evidente que esto no siempre es así, que existen muchas variables asociadas y que cada niño las vivirá de forma diferente según cada espacio y tiempo en su día a día.
Una de las variables más importantes es la edad en la que aparece la alergia. No es lo mismo un niño que se hace alérgico con un añito que el que desarrolla una alergia a un alimento a los 8 años; la forma personal y familiar de vivir ese "problema" no será la misma....
 
Un niño pequeño alérgico, con menos de tres o cuatro años, tiene acoplada esta alergia en su vida. Gracias al esfuerzo de los padres, ese niño adquiere unos hábitos dietéticos en los que los alimentos que le dan alergia están fuera de su rutina diaria. Desde siempre habrá escuchado que tiene alergia a "tal cosa" y que no la puede comer nunca. Lo asumirá, en principio, con naturalidad. A medida que vaya creciendo, si esa alergia permanece (existe la posibilidad en niños menores de cuatro años que la alergia desaparezca por sí sola, a partir de esta edad es muy inusual que lo haga) pasará por momentos de más o menos inconformismo y se hará preguntas tipo: ¿por qué soy el único de la clase que no tengo pastel....?, en esos momentos es cuando se les ha de volver a prestar atención de forma especial y explicarles las veces que haga falta la importancia de su alergia.
 
Cuando la alergia aparece en un niño más mayor, la actitud del niño suele ser diferente. Como las personas nos solemos hacer alérgicos a lo que más estamos en contacto, con la alergia a alimentos pasa lo mismo, y lo más frecuente es que los niños desarrollen alergia a lo que más comen o les gusta: leche, huevo, frutas, frutos secos, pescado blanco...Así, de repente, un niño que comía algo de forma habitual, se hace alérgico y lo tiene que dejar de comer, con lo que le gustaba!!!! Ese niño, como es lógico, al principio vivirá esa prohibición en su vida como algo negativo, recordará las cosas "tan ricas" que ya no puede comer y que sus amigos sí que pueden...pero generalmente con el tiempo suelen asumirlo sin mayor problema...se adaptan muy bien, se vuelven verdaderos "detectives" y son capaces de leer de forma minuciosa todas las etiquetas con sus ingredientes, no comen nada hasta que no están totalmente seguros de que no lleva su "alimento alérgico". Estos niños han vivido una reacción alérgica y su recuerdo es la mejor ayuda contra el olvido y la pereza. Ellos  representan todo un ejemplo para los adultos alérgicos, mucho más "quejicas".
 
A partir de los 12 o 13 años, el niño entra en la adolescencia y esta etapa es especialmente delicada para los alérgicos a los alimentos. Tienen edad para ser responsables de su enfermedad y saber aplicar el tratamiento oportuno de forma correcta, esto les supone una "dosis de agobio" que muchos de ellos se niegan a asumir. Los cambios de actitud, los amigos, las primeras salidas, la "socialización", dificulta a veces mantener las reglas básicas de una alergia a un alimento: no comer y en caso de ingestión accidental con reacción alérgica poner el tratamiento de forma inmediata. Pasan de una labor "primorosa detectivesca" a un "yo estoy por encima de todo y a mí no me va a pasar nunca nada malo", dejan de tener cuidado, no llevan la medicación y lo que es peor: son capaces de "jugarse la vida" por hacer "una gracia" delante de los amigos...
Cada año se produce en nuestro país alguna muerte por shock anafiláctico y suelen ser chicos jóvenes, adolescentes, en reuniones o en fiestas con amigos. Una pena ya que es totalmente evitable. Aquí tenemos una misión muy importante los médicos responsables, la familia también por supuesto pero ya sabemos que ellos suelen pasar por esta etapa distanciándose de los padres, también los padres se distancian a su manera. Ni unos ni otros podemos relajarnos. Es una etapa para estar más pendientes que nunca y recordarles desde la responsabilidad la importancia de la propia vida.
 
 
La niñez de un niño alérgico no tiene que ser diferente de la de los demás, son niños sanos mientras no entren en contacto con aquello que les da alergia. Disfrutarán como cualquier otro niño de todas las actividades de su edad y su alergia no puede ni debe suponer una limitación en su desarrollo personal ni social.
 
Mi experiencia me demuestra cada día que estos niños maduran rápido, asumen su problema con naturalidad y lo que es todavía más llamativo, suelen ser ellos los que ayudan a sus padres a vivir la alergia como algo "normal" en su vida. Son ejemplos de superación para todos.
 
Para acabar esta entrada dedicada a los niños os dejo con un video (http://immunitasvera.org/wp/2010/12/cosas-que-querria-decirte-un-nino-alergico/) sobre las "cosas que querría decirte un niño con alergia a alimentos". Está realizado por la asociación catalana Inmunitas Vera y siempre que puedo recomiendo a los padres que lo vean, lo escuchen y lo mediten.


Nunca es tarde para aprender y nuestros hijos son nuestro ejemplo

 
 

 

11 de septiembre de 2012

La alergia va a la escuela


La semana pasada escribí un artículo para la web consultaclick.com. Como faltaban pocos días para empezar el colegio pensé que sería interesante recordar la situación de los niños alérgicos a alimentos en las escuelas, la de sus familias, el papel de los médicos responsables y el de los docentes y monitores que tienen a su cargo a estos niños. Ninguno de ellos lo tiene fácil.
 

La importancia y los riesgos de la alergia a nivel escolar, según mi opinión,  se encuentran claramente infravalorados.
Los últimos datos en España sobre alergia a alimentos y al látex indican que afecta a más del 8% de la población infantil  (unos 450.000 niños aprox.), de ellos el 25% tendrá su primera reacción alérgica en la escuela. Un niño de cada 10.000 afectados por esta alergia hará una anafilaxia y el 15% la hará en el ámbito escolar (incluidas actividades extraescolares).
 
La anafilaxia es una reacción alérgica muy grave que puede desencadenar la muerte del niño y el único tratamiento indicado que puede salvarle la vida es la inyección de adrenalina intramuscular.
Actualmente disponemos de dos dispositivos de adrenalina autoinyectables precargados y de fácil manejo, adaptados a la población infantil. La anafilaxia es una  urgencia vital en la que el tiempo de actuación para salvar la vida del niño se convierte en algo fundamental, muchas veces es cuestión de segundos o escasos minutos. Una vez que se ha puesto la adrenalina siempre se ha de llamar a un teléfono de Emergencias (112) y, sólo después de haber hecho esto, se procederá a llamar al familiar disponible de contacto.
 
 

En esta página web: http://www.jext.co.uk/jext-video-demonstrations.aspx explican de forma muy didáctica cuales son los síntomas que indican una anafilaxia y cómo se debe de actuar (manejo del paciente y adrenalina). Aunque está en inglés las imágenes son fáciles de comprender. 
 
La guardería y el colegio son los primeros lugares fuera de la familia que recibirán al niño alérgico y supondrán un paso más en su socialización. Son muchas las horas que pasarán allí y muchas situaciones a las que tendrán que enfrentarse. Para cualquier niño el primer día de "cole" es algo especial en su vida. Para cualquier padre dejar al niño en el "cole" supone una inquietud donde se suma la preocupación si además es alérgico. A esto hay que añadir la parte de responsabilidad que han de asumir maestros, monitores y resto del personal de la escuela.
Nosotros, los médicos de alergia, tenemos también nuestra parte importante de responsabilidad. Personalmente creo que si queremos realmente luchar de forma eficaz contra el problema de la indefensión del niño alérgico en la escuela, tenemos que IMPLICARNOS muchísimo más, no basta con diagnosticar y explicar, en cinco minutos, el tratamiento disponible.
Todos debemos meditar sobre ello para poder realizar los cambios necesarios y así contribuir a una adaptación plena y feliz del niño alérgico en la escuela, cada uno desde su posición y desde sus posibilidades.
 
En esta historia hay cuatro protagonistas: el niño alérgico, su familia, el personal del colegio y el médico responsable (alergólogo, pediatra).
 
 
 
Cada una de las cuatro entradas siguientes van a estar dedicadas a estos cuatro protagonistas. En ellas  voy a intentar ponerme en la piel de cada uno de ellos para acercarnos un poco más a su mundo, sus dudas e inquietudes con respecto a la alergia en la escuela.
Para ello voy a partir de cuatro preguntas imaginarias que harían cada uno de ellos:
 
Niño alérgico: ¿Por qué soy el único de la clase que no tengo pastel cuando mis compañeros cumplen años?.
Padres: ¿Podrá ir nuestro hijo de excursión? ¿Comerá algo que no deba por descuido?
Maestros: ¿Sabré reconocer a tiempo los síntomas de una reacción alérgica grave y ponerle adrenalina?
Médico: ¿Puedo hacer algo más, además de explicarles el tratamiento, para que el niño y su familia se adapten lo mejor posible a esta nueva situación en su vida?
 
 
 
"El niño alérgico es un niño sano, sin síntomas, a no ser que entre en contacto con aquello que le da alergia."
 
 


7 de septiembre de 2012

Las dietas y la prevención de la alergia infantil

Llevo días dándole vueltas a cómo explicar toda la información que existe actualmente sobre si hay algún tipo de dieta que favorezca el buen desarrollo del sistema inmunológico de nuestros niños y así poder evitar que tengan alergia a lo largo de su vida.
 
En la consulta suele ser un tema que preocupa especialmente a las parejas que están esperando un hijo: - Doctora, puedo hacer algo para evitar que mi hijo tenga alergia como yo?, hemos leido que si durante el embarazo no como "cosas que dan alergia" y tomo suplementos de vitaminas probablemente el niño no será alérgico. Es cierto?
Y también a las que ya lo han tenido: - Qué le parece si no le doy leche para que no tenga mocos?, Y si le doy el pecho más tiempo y retraso el resto de alimentos hasta que no tenga un año?, hemos leido que así no será alérgico...
La tele, las revistas e Internet también ayudan a los interrogantes razonables de los padres, es raro el día que no hay alguna noticia relacionada con este tema. Dos ejemplos de noticias recientes:
-"Comer pescado y nueces podría evitar alergias infantiles"
-"La dieta mediterránea para combatir el asma"
 
 

Durante estos años se han realizado muchos estudios científicos para intentar verificar todas las preguntas relacionadas con esta "hipótesis dietética" y su relación con la alergia. La realización de este tipo de estudios es muy complicada y esto dificulta que se pueda llegar a conclusiones definitivas. Para no alargarme demasiado e intentar facilitar su comprensión creo que lo mejor será que os exponga los hallazgos más importantes y fiables de las últimas publicaciones médicas:

1. Las dietas que recomiendan no comer "alimentos alergénicos" (leche, huevo, cereales, frutos secos, marisco) durante el embarazo y la lactancia NO influyen sobre el desarrollo de alergia posterior en el niño. Por este motivo no están indicadas y, además, suponen un riesgo tanto para la salud de la madre como para la del niño por las carencias nutricionales que pueden producir.
 
2. La lactancia materna exclusiva se debería de realizar hasta los 4-6 meses de edad. Parece que existe una relación entre la lactancia materna y menor riesgo de asma, pero esta relación se piensa que es debida al efecto protector de la leche materna sobre las infecciones respiratorias. Ya se sabe que las infecciones víricas que afectan al aparato respiratorio de los niños son las principales responsables de las crisis de asma.
 
3. En los niños con riesgo de padecer alergia (padres alérgicos) a los que la madre no les puedan dar de mamar, se recomiendan fórmulas parcialmente hidrolizadas que están adaptadas especialmente para ellos.
 
4. El retraso en la introducción de los alimentos sólidos en los lactantes más allá del cuarto o sexto mes NO evita el desarrollo posterior de alergia en el niño, aunque hay algunos estudios que lo relacionan con un descenso en la dermatitis atópica. Aún es pronto para llegar a una conclusión clara y segura.
 
5. La ingesta de probióticos como lactobacillus durante el embarazo y la lactancia (hasta los 6 meses)se han asociado con un menor riesgo de dermatitis atópica. Se necesitan más estudios para poder confirmar esta noticia.
 
6. Numerosos estudios han relacionado la ingesta abundante de productos lácteos en niños de edad pre-escolar y un menor riesgo de síntomas de asma. No está claro si es debido a la cantidad de ácidos grasos polinsaturados (tipo omega-3) que tiene la leche.
 
7. Hay que desterrar una creencia popular: la leche de vaca NO aumenta la producción de moco. Esto se ha confirmado mediante un estudio muy interesante realizado con leche de vaca y de soja.
 
8. La dieta mediterránea, el aumento de consumo de fruta y frutos secos en embarazadas y niños pequeños se ha relacionado con menor riesgo de asma y alergias. Parece ser que es debido al alto contenido en vitamina E, C (antioxidantes) y magnesio. En las mujeres embarazadas favorecerían un adecuado desarrollo pulmonar en el niño.
 
9. Los antioxidantes (Vit. A, C y E) y los oligoelementos (zinc, magnesio, selenio) podrían actuar sobre la reparación del daño producido en las vías respiratorias del recién nacido. Hay estudios en marcha sobre este tema.
 
10. Los ácidos grasos no los podemos producir nosotros y los tenemos que obtener de los alimentos. Dentro de ellos los omega-3 (pescados, soja) se han relacionado con una regulación de nuestro sistema inmunológico. Existen estudios que refieren un descenso de los síntomas de asma en niños que reciben un suplemento con aceite de pescado. Otros estudios realizados en mujeres embarazadas que suplementan su dieta con omega -3 muestran que los niños presentan menos síntomas de asma, pero no influye sobre la alergia a alimentos ni sobre la dermatitis atópica. Este efecto protector en niños asmáticos desaparece a partir de los 3-5 años de edad.
 
Así llegamos a la siguiente conclusión:
 
"TODAVÍA NO SE HA ENCONTRADO NINGUNA ESTRATEGIA EFECTIVA PARA PODER PREVENIR EL DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD ALÉRGICA EN LOS NIÑOS".
 
Probablemente en un futuro no muy lejano y gracias a los estudios que hay en marcha en la actualidad podamos llegar a conclusiones definitivas que nos ayuden a resolver todas vuestras, y nuestras, dudas.


Me gustaría acabar, como siempre, aplicando el "sentido común", ese que a veces nos olvidamos de que existe y que supone una valiosa ayuda ante las dudas y los problemas que nos acompañan a lo largo de nuestros días:


"En el caso de historia familiar de alergia, durante el embarazo y los primeros meses de vida del recién nacido,  tanto la madre como el niño deben de realizar una dieta lo más sana y equilibrada posible y siempre bajo la supervisión del médico especialista implicado"
 

2 de septiembre de 2012

La "Buena leche"


Hoy me he transportado en el tiempo 100 años atrás para explicaros un ejemplo de solidaridad en nuestro país. Será porque mi generación aún recuerda las penurias sufridas por nuestros abuelos...
El camino recorrido en este siglo no ha sido fácil.
Solidaridad, justicia, igualdad, salud...palabras intemporales...mujeres y hombres han estado detrás de ellas para conseguir el Estado de Bienestar que disfrutamos en la actualidad.








A principios del siglo XX España tenía unos 19 millones de habitantes y estaba sumida en una profunda crisis, como ahora, pero en esa época era exclusivamente de tipo agrario y además se le sumaban también epidemias y calamidades. La esperanza de vida era de 40 años y la jornada laboral semanal era de 60 horas. Viviendas insalubres, hacinamiento y escasez de alimentos ocasionaron epidemias infecciosas como la gripe, la tuberculosis y el sarampión que acabaron con medio millón de personas.
Para los obreros que se quedaban sin trabajo no existía el "paro" ni el "INEM" ni las "pensiones", sólo les quedaba la "sopa-boba" que era un caldo que sobraba de los menús de los cuarteles.













Pero si había una población que sufría con más crudeza esta situación era la infantil. Las condiciones en que vivían los niños eran penosas y aumentaron la orfandad, el abandono y la mortalidad (un niño de cada 5 moría al nacer y 2 de cada 5 no cumplían los 5 años).
Hasta finales del siglo XIX la asistencia a los desfavorecidos se basaba en la caridad dirigida por la Iglesia y por ciudadanos acaudalados a título personal. Con la Revolución Liberal comienza la transición hacia un modelo benéfico-asistencial y así a principios del siglo XX nace el Estado Social con la creación del Instituto de Reformas Sociales, el de Previsión, el Ministerio de Trabajo, las leyes de acción social como las pensiones y los seguros sociales.

En 1930 se establece el subsidio de maternidad: se daban en metálico entre 90 y 180 pesetas (0.5-1 euro aprox.) durante 6 semanas anteriores y posteriores al parto, y un subsidio de lactancia a razón de 5 pesetas (0.03 euros) por diez semanas. Esta medida supuso un gran avance en la protección de la maternidad.

Pero antes de que esto ocurriese las mujeres jugaron un papel importante en la lucha contra la malnutrición de los recién nacidos. Así en el siglo XIX, huyendo de la miseria, muchas mujeres de provincias se dirigieron a la capital en busca de un futuro. Las tasas de mortalidad infantil eran muy elevadas, muchas madres perdieron a sus hijos y decidieron "alquilarse" como nodrizas. Como el camino hasta Madrid era largo tuvieron que ingeniárselas para no perder el flujo de leche y lo hicieron sustituyendo al bebé por cachorrillos de perro. Cuando llegaban a Madrid se reunían cerca de la Plaza Mayor a la espera de que alguien contratase sus servicios.
Al mismo tiempo se daba el caso también  de madres que tenían niños a los que no podían dar de mamar y que no podían permitirse una nodriza. Así nació "La gota de leche" que era un lugar donde además de facilitar la alimentación láctea del niño, también prestaban asistencia pediátrica. El pago dependía de la posición social de los pacientes, siendo gratis para los más pobres.

                                                                  
 


El primero de estos centros del que se tiene referencia en España se sitúa en Barcelona (Dr Vidal, 1890), Consultorio de Enfermedades de los Niños, donde dispensaba de forma gratuita leche esterilizada y otros alimentos básicos para los menores de 13 años. Con el tiempo daría lugar a La Gota de Leche del Hospital de los Niños Pobres, donde se recogía leche de donantes para repartirla entre los más necesitados.
El éxito en la reducción de la mortalidad infantil hizo que ambos, tanto los Consultorios como Las Gotas de Leche, se extendieran rápidamente y así en España a Barcelona le siguieron Las Gotas de Leche de San Sebastián (1903), Bilbao y Madrid (1904), Mahón, Málaga y Sevilla (1906)...





¿Cómo funcionaban? Realmente se sabe que además de suministrar leche, también prestaban servicio de consulta  hasta la edad de 15 años y asesoraban a las madres sobre la higiene infantil y el cuidado del bebé; en algunos casos se daban premios a las madres que mejor cumplían con el cuidado de los niños; también amonestaciones y hasta supresión de entrega de biberones a las madres que no seguían los consejos médicos.
 
 

 

Aquí podéis ver un ejemplo de impreso que se les entregaba a las madres dentro del programa de educación maternal. Como veis, ya aquí se fomentaba la lactancia materna. Se puede leer: ...solo se dará biberón cuando no haya otro remedio...
Y propaganda de la lactancia materna en Las Gotas de Leche en  el Primer Congreso Americano del Niño





















El Consultorio o Gota de Leche consistía en una sala de espera, cuarto de reconocimiento médico, sala de consulta y sala de entrega de biberones. La mayoría contaban con toda la maquinaria necesaria para preparar la leche, algunas incluso podían "maternizar" la leche de vaca (se añadían sustancias como agua, lactosa o sal y se centrifugaba para asemejar la proporción de grasas a la leche materna). Era común que tuviesen como proveedores a vaquerías privadas aunque las más grandes disponían de sus propios establos con vacas y una red de transportes amplia.


 
 
 
 
Aunque no existen estadísticas al respecto y es difícil cuantificar su influencia se piensa que gracias a la implantación de Las Gotas de Leche y Los Consultorios Infantiles la mortalidad infantil descendió de forma importante durante el siglo XX; así en 1900 esta tasa era del 20%, en 1930 del 10%, en 1950 del 5.4% y en 1970 no llegaba al 2%. Esta tendencia a disminuir sólo se vio interrumpida en algunos momentos puntuales de la historia como la epidemia de gripe de 1918 o la Guerra Civil a finales de los años 30.
 
 
A pesar de que no son tantos los años que han pasado parece que esta parte de nuestra historia anda muy lejos en nuestras memorias...y no os quiero ni contar en la de nuestros descendientes!
A estas alturas de la película hablarles a los jóvenes de La Gota de Leche y el por qué de su existencia, sería lo más parecido a explicarles la física del bosón de higgs.
Cuando el problema no es encontrar leche sino decidir entre las muchas existentes y entre los numerosos y variados productos para criar a los más pequeños...¿de verdad existió una época en la fue necesario crear La Gota de Leche?...
 
 
 
Existió! y era "la leche de buena"!!