Se sabe que la maduración del sistema inmunológico tiene lugar desde las 22 semanas de vida intrauterina (prenatal) hasta aproximadamente los tres años de edad. Durante este periodo la acción de diferentes estímulos (alimentación, infecciones, tabaquismo, etc) pueden alterar el equilibrio de las células defensoras y favorecer el desarrollo tanto de alergia como de otras enfermedades inmunológicas (diabetes tipo I, tiroiditis, colitis ulcerosa, etc).
En la entrada anterior os hablé sobre la posible relación entre el aumento de alergia a alimentos y los nacimientos por cesárea, la importancia de la flora intestinal y la indicación o no de suplementos con probióticos en gestantes y recién nacidos.
Hoy continuo con otro aspecto de la nutrición que ha sido y seguirá siendo objeto de numerosos estudios y artículos: LA LACTANCIA.
No es mi misión hablaros sobre los múltiples beneficios de la lactancia materna, tanto para el niño como para la madre creo que son de sobras conocidos; pero sí que me gustaría comentar las afirmaciones que se publican de forma continuada tanto en formato papel como digital sobre la relación entre los tipos y tiempos de lactancia y la aparición de alergia.
Los estudios realizados al respecto "muestran o sugieren" que el uso exclusivo de lactancia materna durante al menos los 4 primeros meses de vida se asocia a un descenso de enfermedades alérgicas.
Debido a la dificultad que existe para realizar este tipo de estudios, la mayoría de los publicados hasta ahora no cumplen los requisitos para ser científicamente aceptables, por lo que llegar a conclusiones certeras es muy complicado.
Existen varias revisiones publicadas este año y realizadas por Unidades Hospitalarias Pediátricas que me han parecido muy interesantes y que os voy a resumir:
- La lactancia materna exclusiva puede ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedades alérgicas con más probabilidad en niños sin antecedentes de atopia. Esto es debido a un descenso en la exposición de agentes infecciosos y a la formación óptima de la flora intestinal que originan una adecuada maduración del sistema inmunológico.
- Si embargo en los niños que tienen antecedentes de atopia (riesgo hereditario alto de alergia, familiares directos afectados), el uso exclusivo de lactancia materna no modifica el desarrollo posterior de alergia. Igualmente será beneficiosa por todas las propiedades que tiene y se debe de promover, pero NO alterará el curso de su enfermedad alérgica. No existe aún ningún estudio científico que demuestre lo contrario. Por desgracia...
- Se recomienda lactancia materna exclusiva hasta los 4-6 meses de edad por todos sus beneficios añadidos.
- En niños con riesgo alto de desarrollar alergia y que no puedan recibir lactancia materna de forma exclusiva, se pueden beneficiar de fórmulas lácteas adaptadas como las parcialmente hidrolizadas.
En estos estudios además se observa que si se realiza una dieta libre de alimentos con alto poder alergénico (leche, huevo, frutos secos, pescado,etc) en la madre durante el embarazo y la lactancia NO evitará que el niño pueda desarrollar alergia (asma, dermatitis atópica, etc) y además supone un riesgo por el déficit de nutrientes que produce en la madre y secundariamente en el niño.
Aún queda un largo camino y se necesitan estudios más fiables y seguros.
Ya os iréis dando cuenta que soy una defensora del "sentido común", así que para acabar os diría que la lactancia materna debe primar sobre la artificial ya que cumple mejor los requisitos para una adecuada nutrición y desarrollo inmunológico del niño; pero no siempre se puede realizar (riesgo de transmisión de infecciones, enfermedad materna que obliga al uso de fármacos que pueden pasar a través de la leche al niño, falta de producción de leche, problemas psicológicos, etc). En estas ocasiones el pediatra os aconsejará que tipo de leche es la mejor para el recién nacido dependiendo de si existe o no atopia familiar.
"Cuando alimentas a tu hijo compartes con él ternura, sonrisas, caricias, olores, miradas, tranquilidad, amor,....sea de la forma que sea...."