Permitidme que esta entrada se la dedique a mi madre.
Los escasos momentos en los que puedo disfrutar de su compañía llenan el resto de mis días.
Mi madre era preciosa, es preciosa. Bajita, suave, carita de niña pecosa y ojos vivarachos, parece una nube blanca...
Ser la antepenúltima de doce hermanos y encima mujer no ayudaron a desplegar esa lucidez e inteligencia en un alma de artista. Sin un lápiz en su niñez, ahora cuando la veo escribir: pan, leche, huevos...el trazo sinuoso de las letras, sus uniones temblorosas, me muestran su fuerza y su tesón. La admiro por eso y por miles de pequeñas cosas con las que ha adornado mi vida.
Nunca se hunde ante los problemas a pesar de que desde muy jovencita la salud no ha sido buena compañera.
Conmovedora es su sencillez.
En verano me gusta sentarme con ella a primera hora de la mañana, cuando todos duermen y dejarme despertar con sus charlas, sus recuerdos, preocupaciones, con sus dolamas...hacía mucho tiempo que no escuchaba esta palabra: "dolamas", son las dolencias, los achaques propios de la edad...
Conmovedora es su sencillez.
En verano me gusta sentarme con ella a primera hora de la mañana, cuando todos duermen y dejarme despertar con sus charlas, sus recuerdos, preocupaciones, con sus dolamas...hacía mucho tiempo que no escuchaba esta palabra: "dolamas", son las dolencias, los achaques propios de la edad...
Hay palabras que te transportan al pasado en un instante, no son muchas y cada uno tiene las suyas.
Cuando esa palabra llega parece que tu tiempo, solo el tuyo, ese tan exclusivo e íntimo, se para, queda suspendido mientras te llegan los olores de ese bizcocho casero, del mar en invierno, de la hierba mojada...los colores de tu vestido preferido, ese sombrero de flores, las excursiones en bicicleta, chorrarnos las olas, pincharnos con las chumberas, el columpio debajo del algarrobo, esa caricia en el pelo para que te quedes dormida...
Hay palabras que tienen el privilegio de despertarte y hacerte saborear, sin añoranza ni nostalgia, simplemente la vida.
Que bonita tu madre. Creo que todas las madres son bonitas, buenas y sacrificadas. Las que yo conozco desde luego lo son.
ResponderEliminarFelicidades por tener una madre así :-)
Seguro que se le llenaron los ojos de lágrimas emocionadas cuando leyó tu post. Que suerte también para ella tener una hija como tú.