Mi uniforme de las escolapias era verde y marrón, con la falda de cuadros de tablitas. La tela era muy áspera y gruesa, al contacto con la piel producía un picor insoportable. Mi madre, cansada de pelear con las monjas, me mandaba al colegio con unos pantalones finitos de algodón que ella misma me había hecho. Era un colegio sólo de chicas, eso suponía que era la única persona con pantalones de toda la escuela!
Entre mi timidez, el carácter de las monjas, la dermatitis y los pantalones, mis recuerdos escolares no son especialmente entrañables.
Por suerte las cosas durante estos años han cambiado, los médicos ya sabemos más sobre la repercusión de la ropa en la dermatitis atópica y los colegios están mucho más sensibilizados.
La ropa pica, alguna más que otra, y al atópico mucho más. Por eso es muy importante tener unas nociones básicas sobre cuál es el tipo de tejido que puede ir mejor para las personas, niños o adultos, que tienen dermatitis atópica. Y es que nos preocupamos mucho de los baños, la alimentación, el sol, las cremas...pero con frecuencia nos olvidamos que la ropa cubre nuestro cuerpo casi el 100% del día, formando una segunda piel, y que su contacto con una piel frágil, como es la atópica, puede llegar a agravar e incluso desencadenar y cronificar los brotes de esta desesperante enfermedad.
Bodies, camisetas, braguitas, calzoncillos, camisas, leotardos, calcetines, medias, vestidos, pantalones, faldas, pijamas, camisones,...van cubriendo nuestro cuerpo a lo largo de toda nuestra vida.
A esto tenemos que añadir los "complementos" que lleva la ropa y que son pequeños instrumentos de tortura para el atópico: las etiquetas, los broches, las cremalleras, las costuras...
Un pijama que pica puede hacer que nuestro bebé llore toda la noche y no sepamos el motivo. Una etiqueta en esa camisa que nos hemos comprado puede que consiga que nos confundan con el mono del zoológico si no paramos de rascarnos; y ese encaje tan bonito de nuestra ropa interior puede incluso llevarnos al grado máximo de desesperación como para anular esa cita tan romántica...
El mismo cuidado que ponemos para limpiar bien la piel, hidratarla y curarla cuando empeora, debemos poner también a la hora de elegir, comprar y cuidar la ropa que vamos a poner sobre una piel atópica. Unos sencillos consejos pueden hacernos la vida más fácil y, lo más importante, llevarnos razonablemente bien con nuestra segunda piel.
1. NOS VAMOS DE COMPRAS! :
Hay que saber elegir bien y para ello es importante tener las ideas claras y comprar lo que realmente hace falta. Mejor tener menos cosas pero que nos podamos poner, que tener el armario lleno y que todas nos piquen.
- La ropa es preferible que sea de fibras naturales, especialmente la ropa interior, con pocas costuras y sin encajes.
- El algodón es el tejido natural más utilizado y el mejor tolerado por las pieles atópicas. Conduce bien el calor, se tiñe bien y absorbe la humedad de forma excelente. Esto facilita la transpiración, cosa que no ocurre con las fibras sintéticas. La ropa de cama (sábanas) también debe ser de algodón.
- El lino también se suele tolerar bien al ser fresquito y quedar bastante holgado.
- La lana debe evitarse ya que es irritante en contacto directo con la piel, aumenta la temperatura corporal y acentúa el picor. La lana al atópico le pica muchísimo y empeora bastante sus lesiones.
- Aunque la seda es un tejido muy suave, no se recomienda su uso frecuente en la ropa ya que no deja transpirar a la piel y no elimina el sudor creando una sensación de disconfort importante en la piel atópica.
- En la dermatitis atópica hay que cuidar mucho los pies. Con frecuencia, especialmente en el adulto, se suele originar un cuadro de eczemas con pequeñas vesículas debido a la falta de transpiración de la zona; por este motivo es especialmente importante que los calcetines sean de algodón o de hilo y que el calzado tenga buena aireación (piel, tela o loneta) dejando las zapatillas deportivas sólo para lo que son: el deporte.
- La ropa debe quedar holgada, nunca ajustada ya que no dejará respirar a la piel y empeorará la dermatitis. Esto va también para aquellos que no se separan de los vaqueros apretados todo el año. Mejor una talla de más que de menos.
- Hay que evitar cualquier tejido de consistencia áspera o que arañe la piel. Aun recuerdo "la rebeca picosa" que mi hermana y yo teníamos de pequeñas.
- Esto no quiere decir que no podamos tener nada que sea de lana o con encajes o que no nos podamos poner unos vaqueros bien ajustados, sino que los debemos utilizar sólo en determinadas ocasiones y nunca sobre una piel con dermatitis.
2. LA PUESTA A PUNTO!:
Los atópicos no debemos comprar la ropa y acto seguido ponérnosla así tal cual, hay que prepararla para que no nos haga daño en la piel. Esto hay que tenerlo muy en cuenta especialmente en el caso de los niños pequeños, ya que ellos sufren con mayor frecuencia y virulencia esta enfermedad.
¿Cómo la preparamos?. Son cosas sencillas de hacer pero muy importantes y necesarias:
- SIEMPRE hay que quitar todas las etiquetas. Revisar bien la ropa para que no quede ninguna. El picor que producen estos minúsculos trocitos de tela rígida suele ser desesperante y originan lesiones por el rascado que se infectan y cronifican con mucha frecuencia.
- Para quitar las etiquetas hay que descoserlas, nada de cortarlas con las tijeras. Si las cortamos lo único que conseguimos es hacerlas más pequeñas pero con el borde igual de lesivo para la piel.
- Un lavado previo con detergente suave eliminará restos de suciedad, polvo y otras sustancias que se hayan ido acumulando durante todo el proceso de elaboración y traslado hasta que la ropa llega a nuestras manos.
3. LA CONVIVENCIA!:
Por ahora, sin más remedio, hay que vestirse cada día, así que lo mejor es mantener unas normas básicas para conseguir un buen entendimiento entre nuestra piel y la ropa que la cubre.
- La piel tiene que estar muy bien hidratada y la ropa bien cuidada.
- Para lavar la ropa se recomiendan jabones no detergentes, tipo suave hipoalergénico o en escamas.
- Mejor no utilizar suavizante o que sea especial para pieles delicadas.
- Tampoco es recomendable el uso de lejía ya que puede irritar la piel del atópico.
- Se debe aclarar la ropa muy bien para que no queden restos de los productos utilizados.
- Es recomendable no utilizar la secadora, desnaturaliza las fibras y estropea antes la ropa. Mejor secar al aire libre.
- Cuando hagamos el cambio de ropa de temporada, antes de ponérnosla, debemos darle un aclarado en la lavadora. Esto también hay que hacerlo para la ropa de cama.
- No debemos olvidar que la piel atópica sufre mucho con los cambios de temperatura; por este motivo, en los meses de frío, debemos desabrigarnos si entramos en sitios con calefacción. En el caso de los niños esto es muy importante ya que juegan y sudan con más rapidez.
4. EL FUTURO: ALGO MÁS QUE ROPA!
La nanotecnología y la bioingeniería nos acercan cada vez más a tejidos "inteligentes" capaces de cuidar nuestra piel atópica. La ciencia avanza y van apareciendo fibras nuevas y otras renovadas con un futuro prometedor en el campo de la salud y especialmente en el de las enfermedades de la piel como la psoriasis y la dermatitis.
De soja, de leche, con algas, con plata, con quitina....
¿Son realmente útiles?
¿Cómo actúan?
¿Necesitan un cuidado especial?
¿Y qué pasa con los alérgicos a la leche o a la soja?
¿Ya se pueden comprar?
La segunda piel avanza y llega en forma de tejidos inteligentes. Lo más importante es saber si son realmente beneficiosos o no para las personas con dermatitis atópica.
Explicaros las características de estos tejidos "casi milagrosos" extendería mucho este artículo, y los que me quieren ya me dicen que los hago demasiado largos...así que os hablaré de todos ellos próximamente. Será interesante.